COMPOSICIONES FARMACÉUTICAS QUE COMPRENDEN
SUSTANCIAS DERIVADAS DE LA Tl AZOLID IN ED ION AS
COMBINADAS CON UNA BIGUANIDA PARA SU USO EN DIABETES
MELLITUS TIPO 2
CAMPO DE LA INVENCIÓN
La presente invención esta relacionada con Ia industria farmacéuti- ca en general y con Ia industria farmacéutica preparadora de medicamentos para el control de Diabetes Mellitus tipo 2, en particular. Más específicamente se trata de una composición formada por una combinación de derivadas de Ia tiazolidinedinas ( glitazonas) como Io es Ia Pioglitazona y una biguanida como Io es Ia Metformina, pa- ra el uso farmacológico de Ia composición en Diabetes Mellitus tipo 2.
ANTECEDENTES
La diabetes representa uno de los principales problemas de salud pública en México. Nuestro país se ubica entre los que mayor número de casos registrados en el ámbito mundial. La perspectiva futura señala que se mantendrá el incremento en Ia cantidad de dia- héticos. De acuerdo con Ia información disponible, el país ocupaba el décimo lugar mundial en 1995, con 4 millones de enfermos, y se
estima que para el 2025, ocupará el séptimo con 12 millones. Esta afirmación se confirma al observar los siguientes datos: en el territorio nacional, al año se registran 40 mil defunciones causadas por Ia diabetes.
La tasa de mortalidad por 100 mil habitantes en 1981 fue de 21.4 y ascendió a 33.4 en 1993, pero llegó a 43.5 en 1998, año en el cual se notificaron 336 mil 967 casos, por Io que a cada defunción registrada Ie correspondieron aproximadamente 8 casos. Con Io anterior puede señalarse que cada hora en el territorio nacional son diagnosticados 38 nuevos casos de diabetes.
La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una enfermedad de importancia creciente, tanto en los países desarrollados como en las naciones en vías de desarrollo, ya sea que se mida su importancia a través de su incidencia, prevalencia, o mortalidad. En los últimos años, Ia incidencia de Ia DM2 ha aumentado progresivamente. Aunque en alguna medida este incremento se debe al "envejecimiento" de las poblaciones, dado que se ha observado que Ia incidencia aumenta conforme aumenta Ia edad, se puede afirmar que su ocurrencia va en aumento.
En México, Ia DM2 se ubicó por primera vez dentro de las 10 primeras causas de mortalidad en 1978, y para el grupo de edad de 55 a 64 años es Ia primera causa de mortalidad. Se desconoce Ia incidencia de Ia enfermedad y en relación de Ia prevalencia sólo hay
estudios parciales y no recientes. Sin embargo, en personas mayores a los 35 años Ia DM2 ocupa uno de los 10 primeros lugares de mortalidad en todos los grupos de edad.
En un estudio sobre Ia mortalidad por DM2 en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ésta fue considerada como Ia principal causa de mortalidad en México y el Estado de Nuevo León en el Noreste del País presentaba Ia mayor tasa de mortalidad ajustada por edad en todo el país.
La DM2 es una enfermedad multifactorial. Esto significa que el fenotipo es producto de Ia interacción del efecto' acumulado de varios genes, con el efecto de influencias importantes del ambiente en donde se desarrolla el individuo. En las enfermedades que son pro- ducto de Ia herencia multifactorial, no es posible inferir Ia constitución genética de las personas, ya que se desconoce cuántos y cuáles son los genes que intervienen y si éstos son autosómicos o ligados al sexo. Lo que se transmite de padres a hijos es una predisposición para desarrollar determinado padecimiento que se mani- festará en caso de que se añada un ambiente propicio.
Dentro de los factores de riesgo para Ia presentación de DM2 se han considerado factores ambientales relacionados con el estilo de vida. Las sociedades con estilo de vida occidental o en proceso de modernización rápida, han mostrado tasas de incidencia mayores. Como ejemplo pudiera citarse el caso de los emigrantes japoneses
con tasas mayores que los que permanecen en Japón. Otros factores de riesgo pudieran ser Ia dieta, Ia obesidad, Ia inactividad física o bien las estructuras étnicas o genéticas de Ia población.
El riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 aumenta progresivamente en Ia medida que se aumenta de peso. Para que una persona desarrolle diabetes tipo 2 deben estar presentes dos tipos de defectos: una resistencia a Ia insulina y una secreción anormal de insulina. En el individuo que aumenta mucho de peso, Ia grasa que está de- ntro del abdomen empieza a liberar ácidos grasos libres y ciertas hormonas y sustancias (TNF alfa, IL-6, leptina, etcétera) que hacen que su propia insulina no trabaje bien. Al comienzo esta resistencia a Ia insulina no altera los niveles de azúcar en Ia sangre porque las células beta del páncreas producen más insulina. Pero llega un momento en que las células beta se «agotan», se -«cansan», dejan de producir Ia cantidad de insulina requerida, y sobreviene Ia diabetes.
Los dos defectos tienen una base genética pero también ambiental. Así, una persona puede nacer con «genes» de resistencia a Ia insulina pero esta resistencia solo se expresará y se magnificará cuando el individuo aumenta de peso. La respuesta máxima de secreción de insulina por parte de las células beta ante un estado de resistencia a Ia insulina también puede estar preestablecido genética- mente, pero una discreta elevación del azúcar en Ia sangre y niveles elevados de ácidos grasos libres en sangre pueden afectar esta
respuesta máxima y disminuir Ia secreción de insulina (glucotoxici- dad y lipotoxicidad). Además, si durante Ia vida fetal existe una desnutrición intrauterina, las células beta quedan mal programadas y en el futuro, cuando adulto, no liberarán Ia insulina como debe ser pues se agotarán más fácilmente.
El incremento inesperado de diabetes tipo 2 especialmente en países en vías de desarrollo, entre las minorías étnicas y los niños y personas muy jóvenes, parece estar principalmente relacionado con el incremento en el porcentaje de Ia población que tiene sobrepeso y obesidad. Sin embargo, no todo el que tiene sobrepeso u obesidad tiene diabetes y no todo el que tiene diabetes tipo 2 está obeso. La posibilidad de desarrollar diabetes cuando se tiene sobrepeso u obesidad depende de Ia interacción de una serie de factores: La cantidad de grasa intra-abdominal, Ia predisposición genética a desarrollar resistencia a Ia insulina y Ia capacidad de producción de insulina de Ia persona.
Existen ciertas características por las cuales una persona con so- brepeso y obesidad incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Estas son: obesidad durante Ia infancia y Ia adolescencia, ganancia progresiva de peso a partir de los 18 años de edad, obesidad abdominal. Sedentarismo (que no hace actividad física ni ejercicio), dieta alta en grasas y baja en fibra, pertenencia a un grupo étnico con alta prevalencia de diabetes.
Existen diversas circunstancias en las cuales está disminuida Ia capacidad de Ia insulina para inducir sus efectos biológicos sobre el metabolismo de Ia glucosa. Tal es el caso de Ia obesidad, el envejecimiento, los trastornos endocrinos caracterizados por exceso de hormonas de contrarregulación (glucagón), algunas alteraciones genéticas y en especial, Ia diabetes tipo 2.
Hasta Ia fecha, han sido postulados diversos mecanismos por los cuales aparece resistencia a Ia insulina, que comprenden defectos prerreceptor (bien sea porque se produce una molécula de insulina anormal o por Ia presencia de anticuerpos contra Ia insulina), defectos del receptor (como resultado de mutaciones específicas) o defectos post-receptor, que implican tanto las mutaciones en las moléculas transportadoras de glucosa, como Ia síntesis deficiente de transportadores y las alteraciones de translocación de GLUT-4.
Las mutaciones de los genes que codifican para los distintos transportadores de glucosa son poco comunes y entre ellas han sido identificadas diversas alteraciones de las proteínas GLUT-1, GLUT- 2 y GLUT-4. En los pacientes con cuadros genéticos de resistencia a Ia insulina (debido a defectos moleculares del receptor insulíni- co), es posible observar alteraciones importantes del crecimiento, atrofia del tejido adiposo, acantosis nigricans y en las mujeres, hiperandrogenismo con disfunción ovárica. Sin embargo, los indivi- dúos afectados no desarrollan diabetes mellitus, a menos que también posean una susceptibilidad genética a Ia disfunción secretora
de las células beta del páncreas,
En otros casos, bastante inusuales, Ia resistencia a Ia insulina aparece como resultado de un trastorno de origen autoinmune, relacio- nado con Ia presencia de anticuerpos bloqueadores de Ia acción de Ia hormona. En Io referente a Ia diabetes mellitus tipo 2, parece ser que Ia resistencia a Ia insulina no depende de anomalías en el receptor insulínico ni de mecanismos que impidan Ia interacción hormona-receptor, sino que en Ia mayoría de ocasiones está determi- nada por Ia presencia de alteraciones post-receptor.
Aunque las mutaciones en las proteínas transportadoras de glucosa (en especial GLUT-4) podrían ocasionar resistencia a Ia insulina, tales alteraciones son muy raras y los estudios realizados en humanos indican que Ia prevalencia de las mismas es igual en sujetos sanos y en pacientes con diabetes mellitus tipo 2.
Gracias a las investigaciones realizadas en los últimos años se ha podido establecer que el defecto principal que determina Ia apari- ción de resistencia a Ia insulina, está relacionado con trastornos de translocación de las moléculas transportadoras de glucosa y Ia cascada de fosforilaciones inducida por Ia interacción entre Ia insulina y su receptor. Es más, puesto que Ia fosforilación de Ia enzima fosfoinositolcinasa 3 y las cinasas B y C es fundamental para Ia migración de las vesículas intracelu lares que contienen GLUT-4 hacia Ia membrana, es evidente que las anomalías antes menciona-
das están estrechamente relacionadas.
Los estudios realizados en sujetos obesos y en pacientes con diabetes mellitus han encontrado una menor activación de Ia enzima fosfoinositolcinasa 3, así como el incremento de una molécula sustrato de Ia proteincinasa C; al respecto, vale Ia pena mencionar que el aumento de Ia expresión de esta última en cultivos celulares, está asociado a una menor translocación de GLUT-4 inducida por insulina y, por Io tanto, disminuye el transporte de glucosa.
La resistencia a Ia insulina se manifiesta sobre todo en los tejidos periféricos como el músculo y el tejido adiposo, por una baja tasa de captación y oxidación de las moléculas de glucosa. Como ya se mencionó, Ia hiperinsuiinemia compensadora es precisamente el mecanismo por el cual un sujeto resistente a Ia insulina logra mantener una tolerancia normal a los hidratos de carbono. Cuando dicho mecanismo es insuficiente, a causa de Ia aparición de defectos de Ia secreción hormonal por parte de las células beta del páncreas, sobreviene Ia intolerancia a los hidratos de carbono y, en consecuencia, Ia diabetes tipo 2.
Trastornos de Ia secreción de Ia célula beta
Numerosos investigadores han demostrado que ios sujetos con resistencia a Ia insulina y que desarrollan diabetes mellitus tipo 2, invariablemente presentan un defecto de secreción de Ia hormona, que afecta, de preferencia, a Ia primera fase de este proceso. Tal
anomalía, en algunos casos, puede ser detectada antes de Ia aparición de hiperglucemia franca.
La respuesta temprana de insulina, que es como se ha denominado Ia capacidad de Ia célula beta para responder de forma inmediata a una carga de glucosa, se correlaciona de manera significativa con Ia concentración plasmática de Ia hormona, 30 minutos después de Ia inyección endovenosa de una carga estándar de glucosa.
Un aspecto importante por considerar es el hecho que no todos los sujetos con resistencia a Ia insulina desarrollan diabetes mellitus tipo 2, Io cual indica que el defecto de Ia célula beta es esencial para que aparezca Ia enfermedad clínicamente manifiesta. Ahora bien, estudios recientes indican que este defecto está presente incluso en individuos con pobre tolerancia a Ia glucosa, en quienes se ha detectado una reducción en Ia primera fase de secreción de Ia insulina después de administrar glucosa por vía oral, así como una menor capacidad de Ia célula beta para compensar Ia resistencia periférica a Ia insulina y una menor sensibilidad de dichas células a las concentraciones sanguíneas de glucosa.
La disfunción de Ia célula beta justifica Ia utilización de medicamentos que estimulan a dicha célula a secretar más insulina, en sujetos con diabetes mellitus de tipo 2, mientras que Ia resistencia de los tejidos periféricos a Ia acción insulínica, indica el uso de fármacos, que como metformina, son capaces de aumentar Ia sensibilidad a Ia hormona.
Alteraciones relacionadas con Ia resistencia a Ia insulina
Los sujetos con resistencia a Ia acción de Ia insulina presentan una actividad disminuida de Ia enzima I ipo protein I ¡pasa asociada al en- dotelio vascular; está alteración se correlaciona con Ia presencia de altas concentraciones séricas de lipoproteínas ricas en triglicé- ridos, en especial las de muy baja densidad, y baja concentración de LAD. Otro trastorno característico de los lípidos plasmáticos, es Ia formación de partículas de más pequeñas y densas de Io normal, que tienen una mayor capacidad aterogénica, porque son más susceptibles a Ia oxidación, debido a su bajo contenido de compuestos antioxidantes.
Las múltiples anomalías asociadas a una pobre sensibilidad a Ia insulina, han recibido, en conjunto, el apelativo de síndrome X. Los individuos afectados además de ser obesos y tener hiperinsulinemia en ayunas, exhiben las alteraciones lipídicas antes mencionadas y muestran grados variables de hipertensión arterial, alta concentración de PIAP-1 y, en algunas ocasiones, hiperuricemia. La elevación de P IAP- 1 está asociada con una mayor susceptibili- dad al desarrollo de trombosis intrarterial, tanto en individuos resistentes a Ia insulina, como en quienes han desarrollado diabetes
Como se comentó Ia resistencia a Ia insulina se encuentra asociada en mayor o menor grado con una amplia gama de alteraciones me- tabólicas, que implican, a largo plazo, graves riesgos para Ia salud.
Es claro que existe una fuerte relación entre Ia presencia de obesi-
dad y el desarrollo de resistencia a Ia acción de Ia insulina, y ello es Io que determina Ia susceptibilidad.de los sujetos obesos a desarrollar diabetes franca; es más, Ia obesidad parece ser Ia causa más común de resistencia a Ia insulina. Ha sido documentada una definida relación entre obesidad de tipo androide (o central, es decir, aquella en que Ia acumulación de tejido adiposo es más prominente en el abdomen) y una baja sensibilidad a Ia insulina.
Dentro de los medicamentos utilizados como hipoglucemiantes se encuentra una gran variedad, es común Ia combinación de fármacos con el objeto de reducir los niveles de glucosa, sin embargo, en muchas ocasiones estas combinaciones no logran el fin establecido por Io que el empleo de formulaciones con efecto sinérgico son de gran utilidad en Ia Diabetes tipo 2 de difícil control.
Es nuestro interés revisar, Ia combinación de una tiazolid inediona (glitazona) como Io es Ia Pioglitazona y una biguanida como Met- formina, ya que Ia combinación produce sinergia con reducciones considerables de los niveles de glucosa en diabetes mellitus tipo 2 de difícil control.
PIOGLITAZONA
La Pioglitazona es un agente antidiabético del grupo de las tiazoli- dinedionas que depende de Ia presencia de insulina para su meca- nismo de acción. Pioglitazona disminuye Ia resistencia a Ia insulina en Ia periferia y en el hígado, y da como resultado un incremento
en la disposición de glucosa insulino-dependiente, así como una disminución en el gasto de glucosa hepática. A diferencia de las s u Ifonilu reas, Ia pioglitazona no es un secretagogo de insulina. La pioglitazona es un agonista potente y altamente selectivo del receptor gamma activado por proliferador de peroxisoma (PPARg). Los receptores PPARg se encuentran en tejidos importantes para Ia acción de Ia insulina, como son el tejido adiposo, el músculo esquelético y el hígado. La activación de los receptores nucleares PPARg modulan Ia transcripción de una serie de genes sensibles a Ia insulina que participan en el control de Ia glucosa y del metabolismo de los lípidos.
En modelos animales de diabetes, Ia pioglitazona reduce Ia hiper- glucemia, Ia hiperinsulinemia y Ia hipertrigliceridemia, características de los estados con resistencia a Ia insulina como Ia diabetes tipo 2. Los cambios metabólicos producidos por Ia pioglitazona dan como resultado un incremento en Ia sensibilidad de tejidos dependientes de insulina y se observan en diversos modelos animales de resistencia a Ia insulina. Dado que Ia pioglitazona aumenta los efectos de Ia insulina circu- lante (al disminuir Ia resistencia a Ia insulina) no disminuye Ia glucosa sanguínea en los modelos animales que carecen de insulina endógena.
Las concentraciones séricas de pioglitazona total (pioglitazona más metabolitos activos) permanecen elevadas durante 24 horas des- pues de una dosis diaria única. Se alcanzan concentraciones séricas estables tanto de pioglitazona como de pioglitazona total en el
curso de 7 días. En condición estable, dos de los metabolitos de piog Htazona farmacológicamente activos, metabolitos III (M-III) y IV (M-IV), alcanzan concentraciones séricas equivalentes o mayores que Ia pioglitazona. Tanto en voluntarios sanos como en pacientes con diabetes tipo 2, Ia pioglitazona comprende alrededor del 30% al 50% de las concentraciones séricas máximas de pioglitazona total y 20% al 25% del área total bajo Ia curva de tiempo/concentración sérica (AUC). Tanto para Ia pioglitazona como para Ia pioglitazona total, Ia concen- tración sérica máxima (Cmáx), el AUC y Ia concentración sérica mínima (Cmín) se incrementan en forma proporcional a dosis de 15 mg y 30 mg por día. Existe un incremento ligeramente menor al proporcional para Ia pioglitazona y Ia pioglitazona total a una dosis de 60 mg por día. Después de Ia administración oral en ayuno, se puede medir pioglitazona en suero dentro de los primeros 30 minutos y se observan concentraciones máximas en el curso de 2 horas. Los alimentos retrasan discretamente Ia concentración sérica máxima a 3 ó 4 horas, pero no alteran el grado de absorción. El volumen de distribución medio aparente (Vd/F) de pioglitazona posterior a Ia administración de una dosis única, es de 0.63 ± 0.41 (media ± DS) l/kg de peso corporal. La pioglitazona se une en forma importante a las proteínas séricas en el humano (> 99%), en particular a Ia albúmina sérica. La pioglitazona también se une a otras proteínas séricas, pero con menor afinidad. Los metabolitos M-III y M-IV también se unen en gran proporción a Ia albúmina séri-
ca (> 98%).
La piog I itazona se metaboliza ampliamente mediante hidroxilación y oxidación; los metabolitos se convierten parcialmente en conjuga- dos de glucurónido o de sulfato. Los metabolitos M-Il y M-IV (derivados hidroxi de pioglitazona) y M-III (ceto derivados de p i o g I i tazo n a) son farmacológicamente activos en modelos animales de diabetes tipo 2. Además de Ia pioglitazona, el M-III y el M-IV son las especies principales asociadas al fármaco encontradas en el suero humano después de dosis múltiples. En condiciones estables, tanto en voluntarios sanos como en pacientes con diabetes tipo 2, Ia pioglitazona comprende alrededor del 30% al 50% de las concentraciones séricas máximas totales y del 20% al 25% del área total bajo Ia curva (AUC). La pioglitazona incubada con microsomas de expresión humana P- 450 o de hígado humano, da como resultado Ia formación de M-IV y, en mucho menor grado, M-Il. Las principales isoformas de citocro- mo P-450 involucradas en el metabolismo hepático de Ia pioglitazona son CYP2C8 Y CYP3A4 con contribución de una variedad de otras isoformas, incluyendo Ia CYP1A1, principalmente extrahepáti- ca. El ketoconazol inhibe hasta el 85% del metabolismo hepático de Ia pioglitazona in vitro a una concentración molar igual a Ia pioglitazona. La pioglitazona no inhibió Ia actividad P-450 cuando se incubó con microsomas P-450 de hígado humano. No se han realizado estudios in vivo en humanos para investigar cualquier inducción de CYP3A4
por la pioglitazona.
Después de su administración oral, alrededor del 15% al 30% de Ia dosis de pioglitazona se recupera en Ia orina. La eliminación renal de Ia pioglitazona es insignificante, y el fármaco se excreta princi- pálmente como metabolitos y sus conjugados. Se considera que Ia mayor parte de Ia dosis oral se excreta en Ia bilis, ya sea sin modificarse o como metabolitos, y se elimina en las heces. La vida media sérica promedio de Ia pioglitazona y de Ia pioglitazona total varía entre 3 y 7 horas y, 16 y 24 horas, respectivamente; Ia pioglitazona tiene una depuración aparente, CL/F, calculada en 5-7 l/h.
METFORMINA
La metformina es una biguanida provista de efectos anti h iperg luce- miantes.
Disminuye los niveles plasmáticos básales y post-prandiales de Ia glucosa. No estimula Ia secreción de insulina y, por Io tanto, no produce hipoglucemia ni hiperinsulinemia. La metformina actúa por tres mecanismos: 1. Reduce Ia producción hepática de glucosa mediante Ia inhibición de Ia gluconeogénesis y Ia g lucoge nó lisis .
2. En el músculo, aumenta Ia sensibilidad a Ia insulina, mejorando Ia captación y Ia utilización de glucosa.
3. Retrasa Ia absorción intestinal de Ia glucosa. La metformina estimula Ia síntesis intracelu lar de glucógeno, actuando sobre Ia glucógeno-sintetasa. La metformina incrementa Ia
capacidad acarreadora de todos los tipos de transportadores de glucosa membranales (GLUT), particularmente el GLUT4. Además de su acción sobre Ia glucemia, Ia metformina produce efectos favorables sobre el metabolismo de los lípidos, Este efecto se ha observado a dosis terapéuticas en estudios clínicos de mediano y largo plazo, en los cuales Ia metformina reduce los niveles de colesterol total, de colesterol LDL y de triglicéridos. Después de su administración por vía oral, Ia absorción de metformina es incompleta. Su biodisponibilidad es de aproximadamente 50-60% en sujetos sanos y Ia fracción no absorbida se recupera en las heces en 20 a 30%. Muestra un Tmáx de 2.5 horas. Con los esquemas de dosificación usuales se alcanzan concentraciones plasmáticas estables dentro de las primeras 24 a 48 horas y resultan generalmente menores de 1 μg/ml. La concentración plasmática máxima es de 1.5 μg/ml y se alcanza una a tres horas después de su administración. En estudios clínicos controlados, Ia concentración plasmática máxima de metformina no excede ios 4 μg/ml, incluso a dosis máximas. En casos de acidosis láctica causada por metformina las concentraciones plasmáticas generalmente exceden 5 μg/ml.
El alimento retrasa ligeramente Ia absorción de Ia metformina. Tras Ia administración de una dosis de 850 mg se disminuye en 40% Ia Cmáx y en 25% el ABC (área bajo Ia curva) e incrementa en 35 minutos el Tmáx. Se desconoce Ia relevancia clínica de esos datos. La unión a proteínas plasmáticas es insignificante. La concentración máxima en sangre es más baja que en plasma y aparecen
aproximadamente al mismo tiempo. Los eritrocitos parecen representar un compartimiento de distribución secundario. El volumen medio de distribución se encuentra entre 63 a 276 I. La metformina se excreta en Ia orina sin cambios y no sufre meta- bolismo hepático (no se han identificado metabolitos en seres humanos) ni excreción biliar.
La depuración renal de metformina es > 400 ml/min, esto es aproximadamente 3.5 veces mayor que Ia depuración de creatin ina, Io cual indica que Ia metformina es eliminada por filtración glome- rular y por secreción tubular. Después de Ia administración por vía oral, aproximadamente 90% del fármaco absorbido es eliminado a través de Ia orina dentro de las primeras 24 horas, con una vida media de eliminación plasmática de aproximadamente 6.2 horas. En sangre Ia vida media de eliminación es de aproximadamente 17.6 horas, Io que apoya que Ia masa eritrocitaria puede ser un compartimiento de distribución.
En pacientes con deterioro de Ia función renal (basada en Ia depuración de creatinina) Ia vida media plasmática de metformina se prolonga y Ia depuración renal disminuye en forma proporcional a Ia depuración de creatinina.
La metformina es dializable, con una depuración mayor a 170 ml/min con una hemodiálisis adecuada. Por Io tanto este procedimiento puede ser útil para depurar el fármaco acumulado cuando se sospecha de una sobredosis. Cuando se combina obesidad y diabetes, Ia cual es bastante frecuente, el tratamiento de estos paciente representa un auténtico
desafío clínico.
Más del 80% de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 presentan sobrepeso. Ei exceso de peso tiene un efecto negativo sobre el control gúcemico, las alteraciones lipídicas, Ia hipertensión arterial y otros factores de riesgo vascular altamente prevalentes en los pacientes con DM2, es frecuente que se prescriben múltiples fármacos para el control glucémico, sin embargo en muchas ocasiones empeoran otros factores de riesgo y esto deteriora aún más Ia condición física del pacientes. Con este objetivo realizamos pruebas con nuestra combinación de Pioglitazona / Metformina, con Ia finalidad de evaluar, Ia eficacia en los índices glúcemicos; así como su tolerancia evaluando los efectos adversos, utilizando una combinación que produce un efecto sinérgico en los niveles básales de glucosa.
OBJETIVOS DE LA INVENCIÓN
Uno de los objetivos de Ia presente invención es lograr una compo- sición farmacéutica para el tratamiento de Diabetes mellitas 2 que permita una utilización menor de los componentes que cuando se consumen por separado de manera que se eviten efectos colaterales o secundarios.
Otro de los objetivos es lograr Io anterior alcanzando el mismo desempeño o un desempeño mejor aún con estas cantidades meno-
res.
Otros objetivos y ventajas de Ia presente invención podrán ser aparentes a partir del estudio de Ia siguiente descripción y los ejem- píos que se acompañan con fines exclusivamente ilustrativos y no limitativos.
BREVE DESCRIPCIÓN DEL INVENTO
De manera general, una materialización del invento se encuentra en una combinación farmacéutica que comprende una combinación de sustancias derivadas de Ia tiazol id i ned i ñas (glitazonas) como Io es Ia Pioglitazona y una biguanida como Io es Ia Metformina, para el uso farmacológico de Ia composición en Diabetes Mellitus tipo 2 Ia composición produce un producto de combinación con propiedades sinérgicas. En una de las modalidades, las sustancias activas son sustituidas por sus sales farmacéuticamente aceptables.
En varias de las pruebas llevadas a cabo para Ia definición de Ia presente invención se pudo determinar que Ia combinación de ingredientes ofrece un producto con propiedades mejoradas, que requiere menos cantidad al menos de un ingrediente y produce un efecto sinérgico logrando mejorar significativamente los índices de glucosa, los índices de colesterol y triglicéridos, sin eventos adversos.
En una de las modalidades de Ia presente invención Ia metformina se encuentra como clorhidrato de metformina y Ia pioglitazona se encuentra presente en un rango de 15 a 45 mg por unidad de dosi- ficación.
Otra de las modalidades de Ia presente invención se materializa en una composición en Ia cual Ia pioglitazona se encuentra presente en una concentración de 30 mg por unidad de dosificación.
Por parte de Ia metformina, una modalidad preferida se materializa en una composición farmacéutica en Ia cual el clorhidrato de metformina se encuentra presente en una concentración de 500 mg por unidad de dosificación.
En las múltiples pruebas no se experimento con sustancias tales como: Rosiglitazona, Nateglinida, Repaglinida, Glibenclamida, GIi- cazida, Glimepirida, Acarbosa.
DESCRIPCIÓN DETALLADA DEL INVENTO
De acuerdo a Ia presente invención, realizamos Ia composición farmacológica que comprende una combinación de una tiazolidinediona (glitazona) conocida como Pioglitazona y una biguanida como Io es Metformina cuya combinación produce un efecto sinérgico en Ia
reducción de los índices de glucosa, siendo mejor tolerada, y con menores efectos adversos en pacientes con Diabetes Me 11 i tus tipo 2.
EJEMPLO 1
Realizamos un ensayo mu Iticéntrico, aletatorizado, doble ciego y controlado con placebo. En el cual se incluyeron 600 sujetos con diagnóstico de DM2 y obesidad con IMC superior a 35 kg/m 2. Los pacientes se aletaroizaron a tres grupos de tratamiento el grupo 1 recibió Ia combinación Pioglitazona/ Metformina por 8 semanas, el grupo 2 recibió pioglitazona más placebo por 8 semanas y el grupo 3 recibió metformina más placebo por 8 semanas.
RESULTADOS La combinación pioglitazona / metformina disminuyó de forma significativa Ia HbAu y Ia glicemia en ayunas, comparado con pioglita- zona-placebo y metformina / placebo, además se observó un descenso de los triglicéridos y el aumento de colesterol-HDL los cuales también fueron significativos comparados con pioglitazona / piace- bo y metformina / placebo.
El peso de los pacientes descendió en el grupo de pioglitazona / metformina (- 1.36kg) y aumentó en el grupo de pioglitazona / placebo y metformina / placebo. Se reportó en 2% eventos adversos caracterizados por nauseas y vómitos
CONCLUSIONES
La reducción de los índices de glucosa básales en sujetos con DM2 que cursan con obesidad han sido comprobados en este ensayo clínico obteniendo, Ia reducción de los factores de riesgo concomitan- tes en este tipo de pacientes, como Io son Ia reducción de triglicé- ridos y Ia elevación del colesterol HDL el cual proporciona seguridad cardiaca y Ia disminución de peso considerable mostrada en el grupo de sujetos que recibieron Ia combinación Pioglitazona / Met- formina, estableciendo su excelente eficacia y excelente tolerancia por los mínimos eventos adversos reportados.
EJEMPLO 2
Realizados un ensayo multicéntrico, doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo. En el cual se incluyeron 300 pacientes con diagnóstico de DM2 y obesidad. El objetivo del estudio fue establecer Ia reducción del perfil de lípidos y el sobrepeso. Se aleatoriza- ron a tres grupos de tratamiento, el grupo 1 recibió Ia combinación pioglitazona / metformina, el grupo 2 recibió Ia combinación pioglitazona / placebo y el grupo 3 recibió metformina / placebo por 12 semanas.
RESULTADOS
El descenso de los triglicéridos y Ia elevación del colesterol-HDL fue estadísticamente significativa para el grupo 1 en comparación con los niveles reportados en Ia admisión, comparados con el grupo 2 y 3 en Ia cual no se reportaron descensos significativos.
La reducción de peso fue evidente en el grupo que recibió Ia combinación de pioglitazona / metformina con una reducción de 2.5 kg en comparación con los grupos pioglitazona / placebo, metformina / placebo.
CONCLUSIONES
La reducción de los factores co-mórbidos implicados en Ia patogénesis de pacientes con diabetes mellitus con Ia combinación pioglitazona / metformina, fue evidente, disminuyendo considerablemente los factores de riesgo vasculares y las complicaciones de Ia DM2, con mínimos eventos adversos.